Conceptuación del proyecto

El inicio de la conceptualización es el proceso creativo de traducir en formas útiles los resultados de toda la investigación y análisis previos, que serán representados gráficamente. 

El concepto es la esencia del diseño arquitectónico, se entiende como la transición de una idea subjetiva y materialización de la misma, como una metáfora proyectada en un espacio que da sentido al hacer arquitectónico. Un concepto claro que guía la función y el valor estético de cualquier diseño, evitando caer en caprichos formales.

La elección del concepto suele ser un dolor de cabeza para el arquitecto o estudiante, muchos hemos  pasado por la “crisis del papel en blanco”, el primer paso para aterrizar las ideas quizá sea el más difícil en el proceso del diseño, y es que la creatividad se desarrolla ejercitando la expresión gráfica como cualidad fundamental en el proceso de composición.

  1. En realidad no existen buenos ni malos conceptos, sino un mal planteamiento y desarrollo de conceptualización. Para ello, se requiere un previo conocimiento de variables que pueden interpretarse por una o varias cualidades. La concepción de la idea debe ser estudiada y entender que es lo que se quiere expresar, tener claro a donde se pretende llegar y cómo se quiere llegar.

    El proceso de conceptualización consiste primeramente en un acopio de información y analogías, en la búsqueda de puntos clave para estructurar una propuesta arquitectónica que cumpla de manera integral las necesidades planteadas. Para definir con claridad el concepto de un edificio o espacio arquitectónico pueden plantearse preguntas como:

    ¿Para qué sirve? ¿Cómo se desarrolla? ¿Qué es? ¿Cómo transciende en el tiempo? ¿Qué significa para el autor y para la sociedad?

    De esta manera la composición del espacio consiste en integrar todo un contexto de variables en una propuesta de diseño eficiente y original que debe ser guiada no solo por un carácter formal sino por un contexto natural, cultural y social. El diseñador debe entender las necesidades básicas de la sociedad, considerar el entorno, sus características y valores que sirvan como guía en la conceptualización del espacio arquitectónico y de su aspecto estético.

Durante el proceso creativo de conceptuación de diseño intervienen elementos, de los cuales nombraré los más esenciales:

1. Hipótesis de diseño. Acercamiento conceptual del objeto a diseñar, que posteriormente será sujeto a modificaciones. Se consideran al mismo tiempo los aspectos de contexto arquitectónico, criterios estructurales, forma, función, presupuesto e incluso estética.

2. Zonificación. Ordenamiento de los componentes del diseño establecidos en el programa arquitectónico con base en relaciones lógicas y funcionales entre ellos.

3. Esquema. Estructuración tridimensional del Diagrama Arquitectónico, aplicada en un espacio específico con énfasis en las cualidades del sistema, subsistema, componentes y subcomponentes.

4. Partido. Materialización de la solución al problema arquitectónico, dando forma a los espacios diseñados para que cumplan con su función.

En ocasiones, se elabora dos o tres partidos (opciones preliminares de diseño) antes de decidirse por uno que convertirá en un Anteproyecto.

Las analogías más usadas en la conceptualización que han servido de base para la elaboración de un proyecto son: 

  1. Relevancia y aportación en el sistema constructivo. La técnica constructiva cobra relevancia en el uso, explotación, combinación y creación de sistemas constructivos, instalaciones, entre otros.

2. Adaptación contextual. Tiene como base de inspiración el entorno físico que lo rodea, natural y artificial.

3. Metáforas formales. Relaciona su diseño formalmente con objetos conocidos, sin copiarlos de manera idéntica.

4. Implicaciones históricas. Mediante el juego de elementos históricos bien identificados, el diseño aporta una derivación de su base de inspiración o un lenguaje nuevo.

5. Inspiraciones religiosas, mitológicas. Expresa de forma material, conceptos espirituales basado en creencias comunes con interpretación personal o en ideas individuales.

 6. Inspiraciones vernáculas. Tienen como bases la arquitectura hecha por sus habitantes.

7. Explotación formal. Predomina el lenguaje formal, regular o irregular, pudiéndose emplear el módulo. Entra en acción el juego perceptivo, luz y sombra.

8. Metáfora de alguna idea. El diseñador expresa en tres dimensiones alguna idea intangible como la tranquilidad, el silencio, la pasión.

9. Analogía con la naturaleza. Estudia las formas orgánicas de animales, vegetales o minerales, para interpretarlas y expresarlas en un diseño.

10. Expresión político-social-económico. Intenta representar o dar la imagen del momento histórico que vive su sociedad.

No necesariamente se debe ver estos conceptos de manera de individual, más bien entenderlos  por separados para poder tomar desiciones a la hora de diseñar.

“Si una obra es intensa, válida y tiene una idea potente hará que las imperfecciones queden en un segundo plano”.

Alberto Campo Baeza.

 

Como ejemplo de esta fase del proceso creativo, les comparto el trabajo realizado de conceptualización del proyecto ANTILLAS Centro de Sanación para la Salud Mental. 

Arq. Sarah Tió | Profesora por asignatura EAD_PUCMM

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